jueves, 29 de marzo de 2007

Cartagena, Venezuela y el regreso...



Cartagena…

Cartagena de Indias, la perla del caribe, nos recibió majestuosa, con sus altas y bellas murallas que encierran más de lo que uno piensa. Historia de más de 500 años yace allí custodiada por murallas tercas y cañones oxidados que no dejan de mirar ese bello mar en el que hoy ya no hay piratas al acecho, pero nunca se sabe cuando pueden volver…

Caminar por esas estrechas callecitas de empedrado bajo la sombra de elegantes balcones coloniales, de los que cuelgan racimos de flores de todos colores que pretenden llegar al piso, es una sensación difícil de explicar. De fondo se escucha como rompen las pequeñas olas del calido y transparente mar caribe, los turistas compran frutas y artesanías, y, desde donde hace 500 años se asomaban fusiles, hoy se sientan las parejas enamoradas a compartir el sabor de sus labios.

Bocagrande es un de las playas mas concurridas, arena fina y palmeras cargadas de cocos nos recibieron antes de meternos al mar. Bellas morenas ofrecen masajes al que rechace con mucha pena por falta de cash.

Luego de varias averiguaciones partimos hacia “Baru”, una isla paradisíaca que forma parte de un conjunto de islas llamadas “Islas del Rosario”. El tur es bastante caro entonces salimos por nuestra cuenta, tomamos 2 colectivitos que nos dejaron en el puerto, donde una pequeña balsa nos cruzo hasta la isla luego de un pequeño percance donde casi nos caemos al mar con todas nuestras mochilas.

Al llegar a Baru no pensamos que tendríamos que caminar tantos km para llegar a Playas Blancas, paradisíacas playas de coral, palmeras y por supuesto, arena blanca. Caminamos durante 3 hs bajo un tremendo sol para recorrer 16 km y llegar completamente exhaustos. No hace falta decir que semejante esfuerzo valió la pena, al ver tan bello paisaje solté todas las cosas y me metí al mar…un mar de película.

Cuatro días estuvimos en esa isla, donde comimos ostras, mucho pescado, y tomamos coco loco, bebida con ron, para cumplir así con el sueño de estar en una paradisíaca isla del caribe. Un aldeano que vendía artesanías me dijo, “acá somos ricos sin dinero, tenemos el mar que nos da todo, tenemos paz, ese preciado tesoro que vienen a buscar los turistas por unos días, para luego volver a su estresante mundo con el fin de hacer dinero para poder venir acá”.

Venezuela…

Maracaibo nos recibió con un calor infernal, el termómetro superaba los 40 ºc, la feria estaba plagada de gente, los precios por las nubes, mucha pobreza y pintadas chavistas que prometen igualdad, mientras desde la cima de los edificios las publicidades norteamericanas tapan el cielo.

Un solo día nos basto y escapamos, literalmente, hacia Caracas, donde el panorama no solo que no mejoro sino que empeoro. Abundaban los militares en las calles, que con muy mal trato revisan tus documentos y equipaje, yo me pregunto ¿donde esta esa alegría que caracteriza a los venezolanos?, ¿me confundí de país?...

En fin, estuve 2 días caminando entre altos edificios, codeándome con militares y la desigualdad social, entre pobres muy pobres y ricos muy ricos. Son 7 los años que Chavez lleva en el poder y parece que nada a cambiado, el petróleo se regala, con 2 pesos uno llena el tanque, pero el trasporte cuesta el doble que en Argentina. Comer un plato de fideos en un puestito cuesta 15 pesos y comprar el paquete de fideos en el súper cuesta 8 pesos.

Desde Maracaibo estamos viajando con una chica de Suiza, Tania, la cual no tuvo mejor impresión que nosotros.

Partimos en colectivo hacia la frontera con Brasil, un viaje de casi 2 días, con un paisaje cambiante con ríos y montes verdes, hasta zonas áridas y desoladas. Venezuela es un bello país, al cual no le pudimos sacar todo el jugo que queríamos, del cual, estoy seguro, nos llevamos una superficial impresión, más negativa que positiva, y al cual espero volver algún día para encontrarme con menos pobreza y mas sonrisas.

Brasil…

El dinero se estaba acabando y un rápido cálculo nos informo que no podríamos bordear este país por sus costas. Decidimos tomas el camino mas corto y rápido, con el fin de llegar a casa antes el 13 de marzo para terminar de tramitar mi titulo y el Luciano comenzar las clases. Así fue como decidimos viajar hasta Manaus y tomar desde allí un avión hasta Brasilia, para viajar en colectivo hasta Córdoba, concluyendo así 3 meses de viaje, donde me encontré con muchas sensaciones, personajes, historias de vida, realidades y fantasías, que dejaron en mí una sola premisa… VOLVER.

No hay comentarios: