jueves, 29 de marzo de 2007

Brasilia y vuelta a casa




Los siguientes son segmentos rescatados escritos entre el 9 al 15 de marzo, cuando volvi a cba, abarcan visita a Brasilia, misiones, entre rios y regreso a casa (son parte de un momento y muchas veces de un conocimiento superficial de las situaciones):

“De un sueño moderno surgió esta ciudad. Hoy la noche por sus calles son desoladoras: Los bloques de viviendas, en las supermanzanas, pintados en aerosol en una búsqueda expresiva que ninguno de los maestros se hubiera podido imaginar (ni los racionalistas ni los expresionistas). Su tesis estaba equivocada, esta ciudad no se puede caminar, su noche no tiene vida… quien sabe el resto de las noches. La oscuridad, el aerosol fosforescente, nadie… no hay ciudad. Realmente Brasilia es una utopía. La música tecno del transporte ilegal, desarraigo, lugar de desencuentro.”
“Ahora escribo desde la ferrorodoviaria, sentado con los vagabundos, los solitarios, los que no tenemos para el hotel. Me acaban de repartir chocolate caliente y galletitas como a uno más. Pensar que hace menos de mediodía me encontraba esperando un vuelo de 600 mangos para esquivar el amazonas. Doble careta tuve hoy, un miserable de lo que fui… pasar desapercibido entre turistas o empresarios como entre los crotos de la capital del pequeño Brasil. Demás esta decir con quien estoy mas cómodo.”
“La ciudad de Brasilia tiene sus buenos y malos momentos, ¿Cómo distinguirlos?: Llegar a la rodoviaria, la Terminal del centro, recién pasada las seis y tomar “o café da manha”, mezclarse entre las hormigas que empiezan a surgir debajo de la autopista. Caminar en un eje monumental desolado es otro momento único, sábado, todo parece para mi y todo merece foto. Enfrentarse con su dualidad de sectores blancos, limpios, grandes explanadas, pero también los sin techos aprovechando tanta monumentalidad para dormir bajo algo, solo para eso les sirve… o los mercados espontáneos, junto a la rodoviaria y los grandes shopings al mirar hacia arriba.”
Bruno de la ciudad Goiania me acompaño esa noche, compartiendo historias de sus garotas y de mi viaje, de porque el abandona Brasilia, donde estan las mas lindas mulheres… me hubiera gustado preguntarle porque no suelta esa botella y si todas las noches vuelve a abandonar a brasilia.
Pero si hay ciudad, se manifiesta de manera distinta a las nuestras.
Si hubo ciudad en la ferrorodoviaria…por ejemplo.

Escritos recorriendo Brasilia:
“El espacio Oscar Niemeyer esta destruido, pequeña ironía.”
“La plaza de los tres poderes parecía mía solita. Abajo, alejándose, un parque, no era mío, estaba usurpado. No quiero esta plaza, ni la merezco, nadie se merece tal soledad.”
“Sobre el eje monumental cualquier mirada es una maldita postal. Esta arquitectura se luce, es hermosa. Bajo sus pies despiertan la gente y niños de la calle… ¿ y cuanto vale un mármol de su catedral? Algún ayuno saciara seguro.”
“El acero de la santa catedral cruje, se estira, todo hace pensar que se mueve o acaso se esta despabilando tras la noche. Sus lineas y el reflejo del agua manifiesta el movimiento. Se accede por subsuelo oscuro, para luego toparse con luz y color.”
“Entre las autopistas el espacio es descomunal, monumental, pero la gente recurrió al caminito de hormiga, dejando ver la tierra roja que hay debajo de la ciudad.”
“Encontré la escala humana entre algunos ministerios: banquitos, árboles, arbustos, un sendero curvo…”

Haciendo dedo en puerto iguazu:“Siempre hay un ángel de turno cuando parecemos estar solos: pero no con alas, plumas e intocables, estos son de carne y hueso, frágiles, dubitativos pero reales. Hoy apareció en una bici, casi no llegando al asiento y le ofrecí mate.”

“El martes 13 la Terminal de posadas fue mi hotel, al otro día fui a la vieja estación de trenes, donde esta también la municipalidad y la policía, todo muy pueblo, el encargado de dirección de ingeniería vial dibujando en una mesa a la sombra sobre la vereda, el ruido a tractor, la calle baldeada… estoy en casa.”
“La ultima parada antes de Córdoba, fue el pueblo de San Salvador, Entre Ríos, de gente amable y conversadora. El viaje me dejo lleno, exhausto y fuerte al mismo tiempo. Flaco, pero con una voluntad y sueños enormes.”
“Todo funciono: El ángel de la guarda de la ziqui, el rosario de la ma, los “buenas suertes” y “cuídate”, la virgen de lima de la flor, la olla de la abuela, la amistad, escribir, los arreguez (los ángeles son bichitos habituales), las caras nuevas, el calor y el frío, los hoteles y los bancos en las terminales, las promesas (de plumas y flores), los mails, el cansancio y los momentos de pereza… todo para que estemos con Onky en casa, en alguna de nuestras casas”.

Cartagena, Venezuela y el regreso...



Cartagena…

Cartagena de Indias, la perla del caribe, nos recibió majestuosa, con sus altas y bellas murallas que encierran más de lo que uno piensa. Historia de más de 500 años yace allí custodiada por murallas tercas y cañones oxidados que no dejan de mirar ese bello mar en el que hoy ya no hay piratas al acecho, pero nunca se sabe cuando pueden volver…

Caminar por esas estrechas callecitas de empedrado bajo la sombra de elegantes balcones coloniales, de los que cuelgan racimos de flores de todos colores que pretenden llegar al piso, es una sensación difícil de explicar. De fondo se escucha como rompen las pequeñas olas del calido y transparente mar caribe, los turistas compran frutas y artesanías, y, desde donde hace 500 años se asomaban fusiles, hoy se sientan las parejas enamoradas a compartir el sabor de sus labios.

Bocagrande es un de las playas mas concurridas, arena fina y palmeras cargadas de cocos nos recibieron antes de meternos al mar. Bellas morenas ofrecen masajes al que rechace con mucha pena por falta de cash.

Luego de varias averiguaciones partimos hacia “Baru”, una isla paradisíaca que forma parte de un conjunto de islas llamadas “Islas del Rosario”. El tur es bastante caro entonces salimos por nuestra cuenta, tomamos 2 colectivitos que nos dejaron en el puerto, donde una pequeña balsa nos cruzo hasta la isla luego de un pequeño percance donde casi nos caemos al mar con todas nuestras mochilas.

Al llegar a Baru no pensamos que tendríamos que caminar tantos km para llegar a Playas Blancas, paradisíacas playas de coral, palmeras y por supuesto, arena blanca. Caminamos durante 3 hs bajo un tremendo sol para recorrer 16 km y llegar completamente exhaustos. No hace falta decir que semejante esfuerzo valió la pena, al ver tan bello paisaje solté todas las cosas y me metí al mar…un mar de película.

Cuatro días estuvimos en esa isla, donde comimos ostras, mucho pescado, y tomamos coco loco, bebida con ron, para cumplir así con el sueño de estar en una paradisíaca isla del caribe. Un aldeano que vendía artesanías me dijo, “acá somos ricos sin dinero, tenemos el mar que nos da todo, tenemos paz, ese preciado tesoro que vienen a buscar los turistas por unos días, para luego volver a su estresante mundo con el fin de hacer dinero para poder venir acá”.

Venezuela…

Maracaibo nos recibió con un calor infernal, el termómetro superaba los 40 ºc, la feria estaba plagada de gente, los precios por las nubes, mucha pobreza y pintadas chavistas que prometen igualdad, mientras desde la cima de los edificios las publicidades norteamericanas tapan el cielo.

Un solo día nos basto y escapamos, literalmente, hacia Caracas, donde el panorama no solo que no mejoro sino que empeoro. Abundaban los militares en las calles, que con muy mal trato revisan tus documentos y equipaje, yo me pregunto ¿donde esta esa alegría que caracteriza a los venezolanos?, ¿me confundí de país?...

En fin, estuve 2 días caminando entre altos edificios, codeándome con militares y la desigualdad social, entre pobres muy pobres y ricos muy ricos. Son 7 los años que Chavez lleva en el poder y parece que nada a cambiado, el petróleo se regala, con 2 pesos uno llena el tanque, pero el trasporte cuesta el doble que en Argentina. Comer un plato de fideos en un puestito cuesta 15 pesos y comprar el paquete de fideos en el súper cuesta 8 pesos.

Desde Maracaibo estamos viajando con una chica de Suiza, Tania, la cual no tuvo mejor impresión que nosotros.

Partimos en colectivo hacia la frontera con Brasil, un viaje de casi 2 días, con un paisaje cambiante con ríos y montes verdes, hasta zonas áridas y desoladas. Venezuela es un bello país, al cual no le pudimos sacar todo el jugo que queríamos, del cual, estoy seguro, nos llevamos una superficial impresión, más negativa que positiva, y al cual espero volver algún día para encontrarme con menos pobreza y mas sonrisas.

Brasil…

El dinero se estaba acabando y un rápido cálculo nos informo que no podríamos bordear este país por sus costas. Decidimos tomas el camino mas corto y rápido, con el fin de llegar a casa antes el 13 de marzo para terminar de tramitar mi titulo y el Luciano comenzar las clases. Así fue como decidimos viajar hasta Manaus y tomar desde allí un avión hasta Brasilia, para viajar en colectivo hasta Córdoba, concluyendo así 3 meses de viaje, donde me encontré con muchas sensaciones, personajes, historias de vida, realidades y fantasías, que dejaron en mí una sola premisa… VOLVER.

domingo, 4 de marzo de 2007

Bogotà







El sábado 24, tempranito, estábamos en la Terminal de la capital colombiana, bogota. Un muchacho de Bahía Blanca fue nuestro compañero hasta el centro, estaba haciendo el recorrido inverso por Latinoamérica.
Encontramos alojamiento barato, 5000 pesos, (2.2 dólares) a cada uno: “casa de la montaña”, atendido por un chileno, y repleto de malabaristas y artistas. Nuestro compañero de bahía blanca salio medio espantado.
La tesis de muchos de los que vivian allí, es vivir el instante, al día… encuentran gérmenes de arte en cualquier pedacito de calle, explotan en colores, sonidos y movimiento como un grito desesperado de ciudad y libertad. Postura desafiante y desnuda ante la vida. Hay quienes encuentran magia, momentos o cosas sagradas en cosas habituales que pasamos de largo, uno de ellos, músico y acróbata sobre telas, decreto que el mate es algo mágico de lo nuestro.
El primer museo que visitamos, tenia gran variedad de arte contemporáneo y moderno valiosísimo: Picasso, Bonet, Matisse, Dalí… artistas modernos latinoamericanos, el propio Botero (el mas famoso de aca, el de las figuras regordetas). Tratando de interpretar humildemente esa fiesta de figuras y formas nos pasamos como tres horas.
La biblioteca Luís Arango, es increíble por lo tomado que esta por la juventud, repleto.
Donde se encuentra música, libros, cine y sirve como lugar social mas que todo. Por supuesto se trata de otra escama de esta sociedad bogotana, los universitarios.
A la noche debutamos en el mundo de la salsa, por supuesto lejos de cómo lo bailan acá, porque estos colombianos hacen de los cuerpos uno, uno solito, como pez de aguas calidas, en movimiento, embrujo de sonidos, los cuerpos se conocen, se saludan, se comparten y empiezan a querer.
Nuestro Barrio de entonces se llamaba la candelaria, de antiguas casitas, calles angostas y muchos colores. Sin duda debe existir una legislación al respecto, lo mismo con la carteleria, que existe solo pequeñitos sobre las paredes, con el mismo diseño de letras en todos.
Cerca del palacio presidencial, cientos de comercios exhiben vestimenta y objetos militares a la venta, incluso los hay para niños, pequeños maniquíes sobre las veredas. Y en esta zona abundan los militares, en realidad por todos lados, por caminar por alguna de estas calles gubernamentales te revisan los bolsos y también en las rutas principales.
(pero hay que aceptar que no son milicos prepotentes, a veces hasta amables y la gente en general en Colombia lo es).

Ipiales y Cali, Colombia.







El 20 de Febrero amanecimos con un Quito tranquilo y mojado.
Partimos hacia Tulcán, en la frontera con Colombia. Allí hicimos los trámites correspondientes a migraciones y tomamos un taxi hasta Ipiales, ciudad colombiana agitada y desordenada.
Me llamo la atención que todos los negocios incluyendo restorán cerraran a las 19 hs.
A la mañana siguiente caminamos 7 km hacia un pueblo llamado Las Lajas. Allí se encuentra una imponente Iglesia de construcción neogótica, alzada sobre un caudaloso río entre2 montañas. Miles de fieles se congregan cada día para adorar y solicitar la ayuda de la Virgen de Lajas, cuya imagen se hizo presente en una gran roca que hoy esta en el altar de la Iglesia. Frente a la misma cae una gran cascada de unos 25 metros de altura que dan, junto a las palomas y las flores, un ambiente de paz.
De regreso a Ipiales conseguimos el primer dedo en Colombia, país de gente muy amigable y alegre, lo que nos llevo a pensar que seria fácil continuar viaje mediante el autostop… Error, estuvimos varias horas al costado del camino intentando que alguien nos lleve a la ciudad de Cali, y finalmente tuvimos que tomar nuevamente el colectivo.
En Colombia hay una fuerte presencia militar, sin embargo el control que realizan es nulo y parecen hacer solo acto de presencia.
El 22 de Febrero llegamos a Cali, la ciudad de la salsa y las bellas mujeres. En aire se mezclan la rumba con el aroma a café. Por las calles el calor se hace sentir, abundan los puestos de frutas y jugos, las plazas con palmeras y elbello color de su gente morena.Recorrimos los lugares históricos y artísticos, como el gato de Tejeda y el centro cultural y por la noche ingresamos a un salón de salsa, donde no pudimos mostrar nuestras habilidades por que no había ninguna señorita desocupada.